La carrera de Katrina Jade es amplia y diversa y si bien no podemos encorsetarla en un género particular, es evidente que el BDSM y el hardcore son parte de su sello personal. Su indefinible belleza es resultado de una mezcla de orígenes diversos, ya que su ADN contiene genes italianos, irlandeses, mexicanos y hawaianos. Una mezcla tan explosiva como ella. Debutó con Kink en 2014, demostrando desde el comienzo que su capital erótico no reside únicamente en su belleza externa. Lo tiene todo para ser una gran estrella porno, y su carrera hasta el momento así lo atestigua. Ha trabajado con los mejores: Evil Angel, BangBros, Brazzers, Cumlouder, Pure Taboo, Burning Angel... En 2017, ganó uno de los más prestigiosos premios de la industria: el XBiz a la mejor actriz del año.